lunes, 17 de mayo de 2010

7.2. Quiénes emigraron y donde.


¿Quiénes eran esos miles y miles de españoles que llegaban desorientados a las estaciones centroeuropeas enfrentándose a un destino que desconocían por más que pudieran tener alguna que otra referencia de algún familiar o amigo que les había precedido?




Salida de emigrantes a Belgica.

Eran trabajadores poco cualificados, de la construcción, de la industria o los servicios en pequeñas empresas o negocios familiares, o trabajadores del campo. Gentes por lo común de bajo nivel cultural, a veces, analfabetos de deficiente formación profesional. Por lo general eran gente joven -pocos niños y ancianos, si bien progresivamente al emigrante aislado le fue acompañando toda la familia-, predominio de hombres con buena capacidad potencial de trabajo ya que se decidían a emigrar los más capaces e inquietos. El número de mujeres emigradas en la década de los sesenta no alcanza a ser el 20 por ciento, lo que contrasta con la emigración española transoceánica de comienzos de siglo que fue esencialmente familiar (43,5 por ciento de mujeres). En no pocos casos se trataba de emigrados en «segunda instancia»: no era raro que andaluces, extremeños o campesinos castellanos que habían emigrado primero a Madrid, Bilbao o Barcelona, dieran más tarde el salto a Europa.

Las razones que les llevaban a la emigración eran el paro o la inseguridad en el empleo, o la precariedad derivada de un salario insuficiente o de trabajos estacionales en el campo, situaciones en las que no podían sacar adelante a sus familias. «La emigración era la única salida que prácticamente tenía el trabajador, el obrero, para poder mantener a su familia. Yo he visto llorar a un hombre a la hora del reconocimiento médico porque le dijeron que no podía emigrar porque tenía algo en los riñones», testimonia Ramón Rodríguez, emigrado a Alemania.

¿De qué regiones procedían los emigrados y a qué países se dirigían? Las grandes zonas migratorias eran Andalucía-Extremadura y Galicia-Asturias. Le seguían Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha. A Francia se dirigieron el 48 por 100 del total de la emigración; a Alemania el 19 por 100; a Suiza, el 16 por 100; a Bélgica el 6 por 100; a Holanda el 6 por 100 y al Reino Unido el 5 por 100.

Los emigrados a Suiza y al Reino Unido procedían en mayor proporción de Galicia. La emigración a Alemania se nutrió fundamentalmente de extremeños y andaluces. Los que se establecieron en Bélgica procedían sobre todo de Asturias. En Francia se instalaron emigrantes procedentes de una mayor variedad de regiones.

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